Tarde melancólica (La Petite Poupée)

Suena de fondo las notas tristes de una canción antigua, olvidada por el tiempo y repetida hasta la saciedad. Nadie le presta atención, nadie se deja envolver por su magia gris llena del polvo del tiempo y el olvido. Varias mesas se agolpan en el oscuro pero elegante y cálido espacio de la sala, llena de sillas cómodas, algunas ocupadas por algunas personas en las que ni se fija. En un rincón, una pequeña mesa con dos sillas libres y una ocupada por ella.

Una mirada vagabunda en el fondo de una taza de café. Un remolino de pensamientos perdidos. Un sinfín de sentimientos confundidos.

Un café da para mucho, ¿sabes? Un café y tiempo...

La tarde avanza. El tiempo, hastiado y cansado de seguir de fondo junto a las notas de las canciones del local, se instala en el asiento de su lado, haciendo que los segundo en los que contempla la taza parezcan minutos. No tiene nada que hacer ni ganas de nada. No quiere romper la magia de la melancolía de la tarde. Da un sorbo más del café mientras de fondo se escuchan las apasionadas notas de un tango...