Sin corazón
:: Biblioteca :: El CuentaCuentos
Página 1 de 1.
Sin corazón
Los conserjes de noche cuidan de los hostales y en uno de ellos dejé mi corazón, para que estuviera a buen recaudo.
Me acerqué lentamente al hostal más próximo a mi casa, con la angustia mal disimulada en mi rostro y el corazón roto en mil pedazos en mi mano, porque mi pecho no soportaba más su presencia. Abrí con cautela la puerta del hostal, vi que allí estaba uno de esos conserjes de apariencia bondadosa y naturaleza generosa.
Agazapada entre las sombras de esa oscura noche de luna nueva me aproximé al mostrador, y con sumo cuidado dejé mi corazón sobre él, nada indicaba que lo fuera a necesitar y tal vez alguna persona que pasara por allí sabría darle mejor uso que el que yo le había podido otorgar en mi corta existencia, o tal vez algún desaprensivo se apoderara a hurtadillas de él y lo utilizaría para un maquiavélico experimento de resistencia al sufrimiento.
Furtiva cual gato en la oscuridad, miré por última vez a ese pequeño corazón que tanto me había hecho sufrir, una lágrima bañó mi mejilla y poco a poco me retiré de ese hostal notando que dejaba algo importante, pero sin fuerzas para ir a recuperar ese peso que momentáneamente había aliviado mi alma.
Esa noche algunos afirmaron que vieron una sombra moverse como un espectro, pero nadie pudo afirmar con seguridad si era realmente una persona. Tengo la respuesta, sí, lo era... Era yo misma desprovista de corazón y sin espíritu que moviese el cuerpo.
Todo lo relativo con aquel ahora indefenso órgano ya no me importa, ni tampoco me incumbe. Intentaré aprender a vivir sin ese frágil corazón que abandoné a su suerte en una velada amable para otros, trágica para mí. Y aunque no pueda vivir sin él, me abstendré a una existencia moribunda pero al menos sin ese extenuante dolor que hasta entonces quebraba mi entereza con su imperturbable debilidad.
Ahora existe un ser desprovisto de corazón que trata de escribir para crear una atmósfera en la que refugiarse cuando el calor humano lo abandona, prueba de evadirse de la soledad, intenta continuar la existencia sin ese corazón que un día abandonó por no ser capaz de cuidarlo más al convivir con un alma triste que no sabe si volverá a vivir como un día lo hizo...
Me acerqué lentamente al hostal más próximo a mi casa, con la angustia mal disimulada en mi rostro y el corazón roto en mil pedazos en mi mano, porque mi pecho no soportaba más su presencia. Abrí con cautela la puerta del hostal, vi que allí estaba uno de esos conserjes de apariencia bondadosa y naturaleza generosa.
Agazapada entre las sombras de esa oscura noche de luna nueva me aproximé al mostrador, y con sumo cuidado dejé mi corazón sobre él, nada indicaba que lo fuera a necesitar y tal vez alguna persona que pasara por allí sabría darle mejor uso que el que yo le había podido otorgar en mi corta existencia, o tal vez algún desaprensivo se apoderara a hurtadillas de él y lo utilizaría para un maquiavélico experimento de resistencia al sufrimiento.
Furtiva cual gato en la oscuridad, miré por última vez a ese pequeño corazón que tanto me había hecho sufrir, una lágrima bañó mi mejilla y poco a poco me retiré de ese hostal notando que dejaba algo importante, pero sin fuerzas para ir a recuperar ese peso que momentáneamente había aliviado mi alma.
Esa noche algunos afirmaron que vieron una sombra moverse como un espectro, pero nadie pudo afirmar con seguridad si era realmente una persona. Tengo la respuesta, sí, lo era... Era yo misma desprovista de corazón y sin espíritu que moviese el cuerpo.
Todo lo relativo con aquel ahora indefenso órgano ya no me importa, ni tampoco me incumbe. Intentaré aprender a vivir sin ese frágil corazón que abandoné a su suerte en una velada amable para otros, trágica para mí. Y aunque no pueda vivir sin él, me abstendré a una existencia moribunda pero al menos sin ese extenuante dolor que hasta entonces quebraba mi entereza con su imperturbable debilidad.
Ahora existe un ser desprovisto de corazón que trata de escribir para crear una atmósfera en la que refugiarse cuando el calor humano lo abandona, prueba de evadirse de la soledad, intenta continuar la existencia sin ese corazón que un día abandonó por no ser capaz de cuidarlo más al convivir con un alma triste que no sabe si volverá a vivir como un día lo hizo...
:: Biblioteca :: El CuentaCuentos
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Mar Abr 28, 2009 11:55 pm por Sand
» Sin corazón
Dom Feb 22, 2009 10:39 pm por Sand
» Guiños de nada
Vie Feb 13, 2009 1:54 am por Sand
» Gotas de tinta
Dom Feb 08, 2009 9:17 pm por Sand
» El CuentaCuentos
Mar Feb 03, 2009 6:58 pm por Sand
» Pérdidas insufribles
Mar Feb 03, 2009 6:55 pm por Sand
» Nueva web del foro
Dom Feb 01, 2009 11:18 pm por Sand
» Relfexiones en bitácora...
Dom Feb 01, 2009 3:39 pm por Sand
» La salvación
Mar Ene 27, 2009 1:47 am por Sand